El grosellero repletito de grosellas, y también había un montón de fresitas. A mi me gustan mucho las grosellas, pero no me puedo comer una cantidad tan grande, y si las dejaba en la planta se iban a estropear, así que decidí recogerlas para preparar una mermelada de vuelta en Madrid.
Lo primero fue lavarlas, que el aire de mi pueblo arrastra muchas partículas de la cantera que tenemos:
A continuación las coloqué en una olla y las machaqué para que el líquido saliese para fuera:
Después se añaden el resto de los ingredientes: azúcar y canela en rama
El azúcar y canela sobre la fruta |
detalle de la canela en rama |
El siguiente paso es meter la mezcla en la nevera y dejar reposar 12 horas como mínimo. En este tiempo, el azúcar se mezcla con el agua que desprende la pulpa de la fruta y forma un almíbar.
Pasado el tiempo de reposo, lo sacamos de la nevera y lo ponemos a hervir:
lo ponemos a hervir |
Hasta que veamos que hace espumita |
Por último lo retiramos del fuego, dejamos que temple un poco, y ya solo queda envasarlo en tarros y meterlo a la nevera para después disfrutarlo:
Untada en tostada |
En su tarro |
La verdad es que, para ser la primera vez que la hago, me ha quedado buenísima, como yo digo, "parece mermelada comprada".
Y tiene un montón de utilidades a parte de para las tostadas; si la calentamos se puede utilizar como salsa de frutos rojos para acompañar un helado por ejemplo. O también se me ocurre que quedaría preciosa para coronar una tarta de queso.
Un sinfín de utilidades que ya iré pensando, y si hago alguna, os la mostraré por aquí. Además, tengo mermelada para mucho tiempo porque de la recolección de grosellas que os mostré al principio, han salido 3 botes de mermelada:
Las flores también las trajimos del jardín. A la naturaleza también se la da muy bien el arte.
Espero que os haya gustado la entrada de hoy.
Y me despido por una semana, ¡que me voy a la playa!
Así que disfrutad de la semana, yo lo haré.
Para salsa de alguna carne deberías probar¡¡!!
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